Semana del 16 al 22 de octubre
Los salarios impagados (total o parcialmente) son un fenómeno generalizado a pesar de que en muchos países es un delito penal. Como sindicatos, demostramos en la práctica que juntos podemos oponernos, incluso en lugares de trabajo con contratos dudosos y acuerdos verbales informales.
Cuando tomamos medidas para recuperar los salarios impagados, mostramos a los patrones que los problemas que causan ya no los afrontan los individuos, sino un grupo de personas que saben qué hacer y están decididas a no rendirse. Estamos dejando claro que empresarixs y empleadores no se saldrán con la suya si intentan evitar abonar la cuantía que corresponda a un/a determinado/a trabador/a.
Podemos tener éxito. Más aún cuando nos unimos, confiando en nuestras propias habilidades y participando activamente en nuestras luchas por los salarios adeudados. Porque es a través de nuestros propios esfuerzos que realmente podemos cambiar las condiciones en las que vivimos. Y, organizadxs, tenemos una mejor oportunidad no solo de obtener los salarios adeudados, sino también de mejorar la situación general en los lugares de trabajo, las comunidades y sociedad en general.
El aumento de los precios y la inflación en todo el mundo están empeorando aún más nuestras condiciones de vida. Nos encontramos en una situación en la que los salarios no pagados tienen consecuencias aún más devastadoras para las personas trabajadoras.
Esta situación abre un espacio para preguntas sobre un contexto más amplio, por ejemplo, sobre la necesidad de luchas por salarios más altos. Pero cuando miramos cómo vivimos y cuánta opresión está sucediendo a nuestro alrededor (sin mencionar la destrucción del planeta y la crisis climática), creemos que tiene sentido contemplar un orden social completamente diferente.
Los sindicatos afiliados a la AIT se esfuerzan por algo más que simplemente mejorar las condiciones de los trabajadores luchando por salarios más altos, mejores condiciones de trabajo, salarios adeudados, etc. Queremos un mundo en el que las necesidades de las personas sean primordiales. Un mundo sin capitalismo y su producción con fines de lucro, que nos ha llevado al borde de una catástrofe ecológica. Un mundo sin jerarquías en todas las esferas de la vida social que nos dividen artificialmente y son caldo de cultivo para la desigualdad y la opresión. Y un mundo sin Estado como salvador del capitalismo y poseedor del poder sobre la sociedad. No necesitamos ninguna de esas cosas para vivir una vida feliz y desarrollar nuestra sociedad.
Es por eso que nos asociamos con trabajadores en regiones de todo el mundo. Nos organizamos tratando de evitar relaciones jerárquicas entre nosotrxs y dar voz a cada persona. Compartimos nuestras experiencias y construimos una cultura de apoyo mutuo.