CNT-AIT iniciamos una nueva campaña para denunciar la situación de temporalidad laboral que sufrimos en la sierra madrileña.
Trabajas en extinción de incendios. Llega octubre. Se te acaba el contrato y te dicen que podrás volver la primavera que viene, pero no tienes todas contigo.
Comienza el verano y te contratan en ese restaurante para trabajar a destajo y a deshoras, para que en cualquier momento te digan que mañana no vengas. “Pasate ya la semana que viene”, te dicen.
El ayuntamiento te contrata para tareas de jardinería o limpieza. Son solo unos meses. Argumentan que la subvención de la Comunidad de Madrid no les permite contratarte más allá de un tiempo determinado, o que los presupuestos no dan para más.
Llevas trabajando años en un puesto que sabes desempeñar mejor que nadie, pero el equipo de gobierno de turno te dice que tu plaza sale a concurso, que hay que regularizar ese puesto de trabajo.
Las situaciones anteriores son solo algunos ejemplos de la situación laboral que padecemos tanto en la Sierra de Madrid como en muchas otras partes del Estado: puestos de trabajo de carácter estable y con tareas y funciones permanentes (de tiempo indefinido) que van rotando entre distintas personas. Una falsa y fraudulenta temporalidad laboral que genera indefensión y precariedad en la clase trabajadora.
¿Por qué genera indefensión?
Es sencillo: ante un contrato temporal, la patronal, ya sea una empresa privada o una administración pública, utilizará la amenaza de no renovarte el contrato. Tú, como persona de clase trabajadora que necesita un salario para subsistir, es fácil que termines tragando mucho para conseguir una renovación o una próxima llamada.
La temporalidad laboral es una manera de conseguir sumisión, de que no protestes, de que no exijas tus derechos. En decir, es un método de coacción. Si lo haces te despedirán, no te renovarán o no te contratarán el próximo verano, sirviendo además de aviso para futures rebeldes.
¿Y cómo podemos revertir esta situación?
No es sencillo, porque juegan con nuestras necesidades más básicas, con la alta tasa de paro, con las leyes que defienden a los explotadores y no a la clase trabajadora. Y aquí es donde cobra importancia el sindicato, la auto-organización vecinal, el apoyo mutuo entre quienes sufrimos los mismos problemas. Para responder y enfrentarnos a la explotación debemos crear lazos de solidaridad, entre iguales. Debemos señalarles y cambiar las tornas. Que sepan que cada despido, cada fraude en las contrataciones, será respondido por la clase trabajadora organizada.
Sabemos que esto no es fácil, que no se consigue a golpe de tweet o de recogida de firmas, se consigue arrimando el hombro entre vecines, organizándonos para compartir nuestros problemas, para buscar soluciones comunes. Hoy por ti, mañana por mí. Esa es nuestra mejor arma, nuestra fuerza, y puede ser imparable.
¡BASTA YA DE FALSA TEMPORALIDAD!