Solidaridad con las 6 de la Suiza

No vamos a dejar nuestras vidas laborales en manos de entes jurídicos ni políticos que, amparados en una falsa neutralidad, nos reduzcan a la pasividad y nos condenen a la infantilización más aberrante. Buscamos nuestra emancipación como clase a través de la creación de nuestras propias instituciones independientes de la Patronal y del Estado, con quienes inevitablemente hemos de confrontar al ser nuestros intereses diametralmente antagónicos.

Prueba más que diáfana de ello es esta condena que pone en cuestión libertades que se creían consolidadas desde el derrumbamiento de la dictadura: el Estado, por medio de su judicatura de extrema derecha, pervierte su propia doctrina para enviar el mensaje de que a partir de ahora las lineas rojas se estrechan. Es una renegociación a la baja de nuestros derechos elementales que se inscribe en una dinámica de más de una década de involución en todos los ámbitos de nuestra vida; reducción del bienestar, recorte de los servicios públicos, de las condiciones laborales, del derecho a la protesta, libertad de expresión, etc.

Este ciclo, de cariz internacional pero que adquiere en el Estado Español su propia y rancia idiosincrasia, tiene como objetivo asegurar la acumulación de la riqueza en las manos de los privilegiados ante las previsibles contracciones del mercado. Para imponernos esta degradación se sigue un patrón sencillo: la extrema derecha lo reclama, la derecha tradicional lo legisla o lo sentencia y la izquierda del Capital no lo revierte. Todo ello sufragado y auspiciado por destacados círculos empresariales y mediáticos. Por eso por más que algunos políticos se rasguen hoy las vestiduras no debemos dejar de recordar su complicidad en éste y en todos los casos represivos que se acumulan.

La solidaridad ante la represión es incuestionable. Nuestra mejor arma, ahora y siempre, la solidaridad.

Libertad para las 6 de la Suiza.